Experiencia con altos y bajos, aunque con balance final positivo.
Intro
Quotidien Bistro es uno de los restaurantes del Hotel DoubleTree by Hilton, ubicado a pasos del Costanera Center.
El concepto del segmento, y por el cual se rige también el restaurante es: “Acogedor. Cómodo. Elegante. El hotel que vuelve a hacer que los viajes sean en una experiencia humana.”
¿Qué comí?
Fior di latte
Mozzarella italiana acompañada de prosciutto, tomate asado, rúcula, mermelada de tomate, pesto genovés, alcaparras sicilianas, toques de balsámico y aceite de oliva extra virgen.
8.500 CLP
Cama de albahaca en donde reposa una porción de queso perfectamente emplatada con adornos de salsas y formas muy vistosas, en un plato con borde alto que ayuda a contener todo el líquido dentro.
Bife ancho a la parrilla
Bife de lomo vetado de 350 gramos, perfumado al carbón y mantequilla de hierbas provenzales, acompañado de variedad de papas chilotas y chimichurri.
13.900 CLP
Cuando toman el pedido te preguntan el punto de la carne y, en mi caso, cumplieron lo que pedí: a punto.
La porción es bastante grande y, sin tener un peso para comprobarlo, puedo saber que sí respetan la cantidad que ofrecen (350 gramos).
Viene con rodajas muy finas de nabo encurtido para limpiar el paladar entre bocados, si lo deseas, y con papas rústicas, un baldecito con chimichurri y un taco bastante grande de mantequilla con especias.
Cheesecake de frutos del bosque
Cheesecake al estilo New York y salsa de frutos del bosque.
5.200 CLP
De las porciones de cheesecake más grandes que he visto, acompañada con galletas trituradas y salsas de frutos rojos y maracuyá que, aunque sean adorno en el plato, se disfrutan enormemente.
Mi opinión…
La experiencia de un restaurante empieza desde que estás decidiendo dónde ir a comer y termina en el momento en que te retiras (aunque puede durar más si te hacen seguimiento con alguna encuesta de satisfacción o algo por el estilo).
Mi experiencia en Quotidien fue como un paseo en una montaña rusa… Empezó en el punto más alto con el tema de la reserva, confirmación y el aperitivo, luego tocó fondo cuando encontramos un pelo en la comida, pero al final mejoró un poco por como fue manejada la situación y con el postre que estuvo estupendo.
Los pequeños detalles importan
Ambiente
Quotidien tiene dos ambientes principales. Un salón interior donde hay buena iluminación, temperatura y nivel de ruido aceptable y la terraza, con aún mejor iluminación pero con nivel de ruido más alto.
En los dos ambientes tienen detalles decorativos muy bien cuidados y de alta categoría, como es de esperarse en un establecimiento de la cadena Hilton.
En esta visita estuvimos en la terraza y había una persona contratada por el restaurante cantando en vivo sobre una pista de karaoke que, aunque amenizaba el momento, en ocasiones era tan alto el volumen que se hacía difícil conversar.
Los alrededores son muy agradables y te sientes en un lugar seguro, sin importar que la terraza de directamente a la calle, ya que siempre hubo personal de seguridad resguardando.
Enfocado en la experiencia global
Servicio
La reserva se hace a través de un formulario de contacto, en vez de un sistema automatizado, por lo que tienes que esperar que te respondan para tener la seguridad de que una mesa esperará por ti.
Sin embargo, me respondieron súper rápido y, no solo eso, sino que también me llamaron más tarde para confirmar mi visita y darme instrucciones sobre el estacionamiento, cosa que se agradece.
Cuando llegamos, nos recibieron muy amablemente, desde quien abre el portón del estacionamiento, como la anfitriona a la entrada del restaurante, seguido por Ever, el garzón que se portó de manera impecable también.
En algún punto de la comida sucedió lo más temido por un comensal en un restaurante: un pelo en el plato. En ese momento llamé a Ever, le mostré dónde estaba e inmediatamente retiró el plato.
Un par de minutos después se acercó a la mesa disculpándose en nombre del restaurante y aclarando que el plato no lo cobrarían. Nos dijo que, aunque no es la idea, son errores que a veces suceden, que es lamentable que nos haya tocado a nosotros y que la idea era ofrecer alguna solución y no enfrascarse en el problema. Por último nos preguntó si se nos ofrecia algo más.
Esta actitud me pareció la más apropiada y por eso es que califico el servicio de esta manera. Yo entiendo que son errores humanos, aunque lo más importante fue el cómo lo manejaron, porque aunque uno sea el afectado, terminamos empatizando con el personal de cocina y pasando la página rápidamente.
Sabor y algo más
Comida
El aperitivo fue de los mejores que he comido en Santiago. Variedad de sabores (dulce, salado, picante y amargo), con variedad de texturas (cremosa, crocante, tostada, firme y suave) combinadas en un solo plato para compartir e iniciar la noche.
Cuando llegamos al plato de fondo toda la experiencia se fue abajo.
La carne prácticamente no tenía sabor, de hecho, tuve que usar un sobrecito de sal que estaba en la mesa para ver si agarraba algo de vuelo. Cuando le comente a Ever, se excusó por no explicarme de antemano que por disposiciones del restaurante se cocinaba con poca sal y que en este plato en particular el chimichurri se usaba como acompañamiento para realzar el sabor de la carne.
La situación con el pelo fue en el otro plato de fondo (que era un pollo al limón) y tampoco tenía gran sabor, ni el pollo, ni el rissotto de albahaca con el que venía acompañado. Cuando devolvimos el plato de pollo, yo también devolví mi plato de carne porque no lo pude arreglar ni con el sobrecito de sal y no tenía sentido seguir comiendo algo sin sabor. Aunque no lo devolví con esa intención, al final no nos cobraron ninguno de los dos platos de fondo.
Al final decidimos aventurarnos con los postres y menos mal que lo hicimos, porque el cheesecake de frutos rojos fue una real delicia de textura suave y cremosa, sabor intenso a frutilla y mermeladas de adorno que se mezclaban con la galleta de adorno y terminaba siendo un postre paralelo.
En conclusión: aperitivo increíble, fondo mediocre y postre superlativo.
El valor es la clave
Precio
Los precios son razonables para un hotel de esas características, pero el valor que se obtiene por lo que pagas en los platos de fondo queda “al debe”.
¿Se lee bien?
Diseño del menú
Cada mesa tiene un código QR en una etiqueta, además de un hablador con un QR distinto solo en las mesas de la terraza con comida y tragos exclusivos para esa zona.
El menú principal está en un sitio web y tiene dos detalles a mejorar, en mi opinión:
– Por alguna razón el navegador se refresca automáticamente cada cierto tiempo y te devuelve al tope de la página, lo quieras o no.
– Está separado en 5 secciones, en páginas distintas, entre las que tienes que ir saltando: Platos, Postre y cafetería, Bar, Vinos y espumantes, Cervezas y bebidas. Esto solo hace más incómoda la experiencia.
El menú exclusivo de la terraza está incluso en otra plataforma y no tiene nada que ver con el diseño, ni con la experiencia del menú principal.
En pocas palabras, una experiencia muy incoherente en relación al menú.
- Ambiente - 9/109/10
- Servicio - 10/1010/10
- Comida - 5/105/10
- Precio - 6/106/10
- Diseño del menú - 6/106/10
Etiquetas: Chile | Entre 7 y 7.99 puntos | Presencial | Santiago
Quotidien Bistro
Reserva no obligatoria, pero recomendada.
¿Dónde estacionar?
El estacionamiento del hotel está en Encomenderos 275.
Si consumes en el restaurante, no pagas estacionamiento.
¿Volvería a visitarlo?
No.
Entendí que el sitio no es para mí. Si la disposición del restaurante de cocinar “con poca sal” implica que los platos de fondo no van a tener sabor, entonces no tiene sentido volver, existiendo tantas otras opciones en la ciudad.
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