Intro
Piso Uno es un bar con una oferta gastronómica asiática, principalmente japonesa, liderado por el chef José Ozaki, conocido en Santiago por el antiguo restaurante Ozaki y por República Nikkei, que estaba ubicado en Lastarria.
Están ubicados en Providencia, en el pasaje interior de Santa Magdalena, en un importante núcleo de restaurantes.
¿Qué comí?
Florencia
Syrup de piña, jugo de naranja, jugo de pomelo y jugo de cranberry.
3.600 CLP
En un vaso elegante, perfectamente presentado y abundante cantidad.
Lo pedí sin azúcar, pero la garzona me aclaró venía sin endulzar y que lo más probable era que no necesitara, porque la idea era disfrutarlo con el sabor natural de los ingredientes.
Tuvo razón.
Baos Sliders
Lomo saltado, Chanchito Nikkei, Tonkatsu y Fish & Chips.
14.900 CLP
Literalmente “sliders”, ya que son porciones pequeñas.
El bao, al ser súper suave, se amolda al contenido y evita que se desparrame al morder.
Nigiri Sake
Salmón, quinoa pop, slice de limón y salsa teriyaki.
6.900 CLP
Cuatro bocados de tamaño ligeramente más grande que el promedio de nigiris en otros sitios.
Puré trufado
4.000 CLP
La porción fue del tamaño esperado, acorde al precio, servida en un plato hondo.
Volcán de chocolate y helado
4.500 CLP
Emplatado notable, porción alineada con el precio.
Cremoso chai
4.500 CLP
Emplatado notable y porción mayor a la esperada por el precio.
Mi opinión…
Al principio me costó un poco entender el concepto del restaurante, pero luego de unos minutos viendo al resto de los clientes, la dinámica de los garzones y el ambiente/música, todo me hizo sentido.
Es un lugar donde todo lo que sucede está pensado y cada detalle tiene su justificación. Me dejó sorprendido, tanto que estuve buscándole a propósito alguna caída porque no podía creer que fuera un 10 de 10, pero no pude encontrarla y se ganaron la puntuación perfecta.
Los pequeños detalles importan
Ambiente
El local es una obra de arte.
Tienen varias áreas que cubren todas las posibles intenciones que tienen los comensales al visitarlos: terraza abierta, terraza semi-cerrada para fumadores, salón principal, barra y espacios verdes.
El patrón vintage del piso, papel mural, la textura de las paredes, el vidrio tremendamente presente en vitrinas con botellas de vino, una barra potentísima, mesas de mármol y sillas de madera imponentes, en el pasaje interno de la calle Santa Magdalena, siendo vecinos de otros restaurantes importantes, hacen de Piso Uno una experiencia sumamente completa.
Lo que más me gusto fue la iluminación. Es un ténue perfecto, porque ni te falta luz, ni te molesta (como en otros locales, como Bebequ, por ejemplo).
La música en un principio me pareció demasiado alta, pero luego entendí que era a propósito, que ese es el estilo del bar/restaurante y que no era simplemente error de quien había configurado el volumen.
Enfocado en la experiencia global
Servicio
Yo sé que en todos los criterios los califiqué con 10 de 10, pero en este podrían tener 11, fácilmente.
Nos atendió principalmente Michelle, quien se presentó por su nombre desde el primer momento y nos indicó que teníamos ganchos debajo de la mesa para ubicar nuestras pertenencias de manera segura.
El restaurante es tan grande/movido que siempre hay garzones pasándote por los lados y, en nuestro caso, a cualquiera que le pedímos algo, nos ayudó muy amablemente.
Anunciamos las alergias alimenticias y se preocuparon por hacer un repaso de lo que habíamos ordenado para ver si no había algo que hiciera reacción y nos dijeron que igual lo mencionarían en cocina.
Los tragos salieron en tiempo récord. Sobre la comida, nos preguntaron si la queríamos toda junta o como fuera saliendo. Dijimos que toda junta y lo cumplieron al pie de la letra en un tiempo normal.
Cuando llegó la hora de pedir el postre, Michelle nos explicó que eran preparados en el momento y que tenían un tiempo de espera de aprox. 15 minutos. Hasta en eso tuvo razón, aceptamos y le agradecimos la advertencia.
Luego, al cobrarnos, nos explicó que el descuento no se aplicaba en la pre-cuenta sino que se hacía en la mesa. Sacó su teléfono, lo calculó y me preguntó si estaba de acuerdo.
No puedo explicar lo bien atendidos que nos sentimos. Fue una sensación de confianza plena en todo momento y desde aquí felicito a Michelle por su excelente trabajo.
Sabor y algo más
Comida
Todo lo que recibimos en la mesa venía con excelente presentación, en platos especiales, con colores que también estaban pensados e iban con el estilo del local.
En general las porciones son pequeñas y me atrevo a decir que es con la intención de que los platos sean compartidos.
El trago sin alcohol “Florencia” es de los mejores que me he tomado, teniendo en cuenta que está diseñado para ser una combinación de sabores originales de los ingredientes sin agregarle endulzante. Un sabor amargo, pero sin ser molesto.
Los baos estaban increíbles, cada uno era una montaña rusa de sabor diferente y tenían salsas que acompañaban perfectamente a la proteína. Fue como pedir un menú de degustación, poca cantidad, pero sabor intenso y concentrado.
El salmón de los nigiris estaba perfectamente cortado, 100% fresco, con el color perfecto y la mini rodaja de limón que le daba un toque maravilloso.
El puré trufado, con la consistencia ideal de un puré y el sabor del aceite de trufas presente, pero sin ser protagonista. Es un balance difícil de lograr en los platos que llevan este aceite, pero que ellos lo tienen totalmente dominado.
Los postres fueron una delicia. El helado de chocolate es un manjar de los dioses, el emplatado, las frutas, incluso en el Cremoso Chai, el sabor fuerte del chai pero suavizado con el dulce y la manzana me hizo reconsiderar mi opinión sobre ese sabor que nunca ha sido mi amigo.
En fin, una experiencia gastronómica maravillosa que me tiene queriendo volver desde ya.
El valor es la clave
Precio
Me parece que los baos estaban un poco costosos, sin embargo, por la calidad obtenida, no da nada de dolor pagarlos y ese es precisamente el criterio con el que califico este ítem, con el valor que obtienes por lo que pagas.
El resto de los platos que pedimos tienen un costo razonable, comparable con el mismo nivel en la competencia, así que al combinar todo, no me tiembla el pulso para darle un 10 de 10 a la relación costo-valor de Piso Uno.
¿Se lee bien?
Diseño del menú
Antes de ir había ojeado el menú para saber lo que me esperaba y en el sitio web lo tienen publicado en HTML5, con el efecto molesto que simula el pasar las páginas de un libro real, que termina siendo fastidioso para leer, navegar, hacer zoom, etc., entonces al llegar yo estaba predispuesto con este criterio.
Para mi suerte, el código QR que está en el individual te lleva directamente al PDF, sin esos efectos de animación innecesarios, en el que puedes hacer scroll natural con tu teléfono.
El diseño está muy bien logrado y es legible incluso sin hacer zoom.
Señores de Piso Uno… Si están leyendo esto, les recomiendo no usar animaciones al presentar su menú. Entiendo que la sensación de estar pasando una página de un libro parezca cool, pero desde el punto de vista de experiencia de uso, no aporta nada.
- Ambiente - 10/1010/10
- Servicio - 10/1010/10
- Comida - 10/1010/10
- Precio - 10/1010/10
- Diseño del menú - 10/1010/10
Etiquetas: 10 puntos | Chile | Presencial | Santiago
Piso Uno
Reserva no obligatoria, pero ALTAMENTE recomendada
¿Dónde estacionar?
En la calle Santa Magdalena hay un estacionamiento pago, en el subterráneo del Hotel Four Points by Sheraton y como es doble vía, se puede llegar por la Av. Andrés Bello, como por la Av. Providencia.
También hay un WeSmartPark a unos 100 metros, en la calle Suecia.
¿Volvería a visitarlo?
Sin ninguna duda volvería.
Es un sitio especial para celebrar cumpleaños o simplemente darse un gusto seguro.
Obviamente hay que ir para comprobar la experiencia de primera mano pero me asombran los precios, definitivamente atractivos, gracias