Intro
Estró es el restaurante del Hotel Ritz Carlton (segmento Luxury de la cadena Marriot), ubicado justo al lado de la Municipalidad de Las Condes.
Está guiado por el concepto “Nueva Cocina Chilena” con productos sustentables de diferentes regiones del país y una tendencia audaz en cuanto a la selección de ingredientes y la construcción de sus platos.
¿Qué comí?

Cono de salmón
Salmón, vegetales y crema de palta.
Cortesía del Chef
Un barquillo salado que lleva dentro una pasta hecha con salmón y vegetales, intercalada con una crema de palta que también la usan como topping.
Es una por persona y la sirven como aperitivo, cortesía del Chef.
Lomo liso
Black Angus a la parrilla, rissotto trufado de tomates secos con vino carmenere y demi-glace de oporto.
19.000 CLP
Cuando toman el pedido te preguntan el término de la carne, como debe ser, aunque para facilitar las instrucciones decidí pedirlo 3/4 (como lo iban a pedir todos los acompañantes) en vez de “a punto” (como me gusta), y aún así lo trajeron a punto. Bien por mí, no tan bien por los demás.
Porción de tamaño promedio, emplatado maravilloso, digno de un restaurante de este nivel.


Cheesecake de frutilla
Con hojuelas de chocolate.
10.000 CLP
La base no era de galleta y no pude descubrir con qué estaba hecha realmente. Tenía una textura muy suave y era bastante dulce. Parecía como un “puré de gelatina”, si es que eso existe.
Yo había estudiado la carta antes de visitar el restaurante e iba por un “Cheesecake de palta hass con base de quinoa crujiente de chocolate y confitura de tomates especiados”, pero lamentablemente no había y me quedé con la curiosidad.
El punto positivo: pude comerme un cheesecake literalmente de FRUTILLA, ya que normalmente aquí los hacen de frambuesa o, en el mejor de los casos, de “frutos rojos”.
Mi opinión…
En una zona espectacular de la ciudad, al lado de un edificio icónico como el de la Municipalidad de Las Condes, la posibilidad de disfrutar el atardecer sin edificios que te tapen, la atención digna de un hotel de lujo que pone al cliente primero y una oferta de platos distintos, son detalles que hacen de la visita a Estró una experiencia sobresaliente.
Los pequeños detalles importan
Ambiente
Estró tiene varios ambientes y, aunque había reservado en la terraza, al llegar nos ubicaron en el salón interior porque no tienen mesas al aire libre para 6 personas.
El salón donde nos ubicaron tenía temperatura agradable, nada de ruido y música “moderna” de fondo a un volumen perfecto, que no molesta para conversar y sirve para ambientar el lugar.
La terraza se veia muy agradable, sobre todo porque tiene orientación poniente y fuimos cuando estaba por ocultarse totalmente el sol, entonces la transición de luz hubiese sido perfecta, que fue precisamente lo que no me gustó del salón, que tiene una iluminación más bien rígida y plana, mucho más brillante de lo que creo necesario para un sitio como ese.
Sin embargo, la calidad de las mesas y sillas es top, la decoración y alfombras le dan el tono sobrio/elegante al salón y todo se redondea en la experiencia que esperas vivir en un hotel de lujo.
Enfocado en la experiencia global
Servicio
Me encanta el nivel de atención que te brindan en un hotel.
Al llegar, una anfitriona muy elegante nos recibió y me dijo: “Bienvenido Jorge, te estábamos esperando”, aplicó el protocolo COVID, nos llevó a la mesa, preguntó si había alguien con requerimientos alimenticios especiales y/o alguna alergia y cerró diciendo: “ya voy a avisar que llegaron para que vengan a atenderlos”.
Cuando el garzón se acercó, se presentó por su nombre y nos ofreció algo para tomar. Luego, cuando nos entregó las entradas cortesía del chef, aclaró que había unos conos de salmón y otros de quinoa, para evitar reacciones en las dos personas con requerimientos especiales.
Al tomar la orden de los platos de fondo se preocupó por saber para quién era cada plato, tomando en cuenta las alergias.
En todo momento Mario estuvo presente y fue muy servicial.
El único detalle con el servicio fue el tiempo de respuesta. A lo largo de la noche fue difícil sincronizar la comida con los líquidos, entonces siempre que había líquidos en la mesa, no había comida y cuando había comida, no había líquidos.
Sabor y algo más
Comida
Fue lo que más me gustó de la visita.
El lomo liso que pedí estaba exquisito. El punto era perfecto para mí y la porción era adecuada. La carne tenía una especie de “cremosidad” difícil de explicar, además del sabor característico cuando está hecha a la parrilla y visualmente también estaba muy bien lograda.
El rissotto estaba aún mejor que la carne, el arroz blandito mezclando lo trufado con la caramelización del carmenere, un toque de tomates cherry y un queso blanco de topping que no supe identificar el tipo. La textura muy suave y cremosa con una crocancia ocasional que le daba el caramelizado de la salsa justo antes que quemarse.
Aprecio muchísimo que el cheesecake sea de frutilla porque no es común en Santiago. La consistencia tampoco es de las comunes, ya que este parecía una nube que se deshacía en la boca, en vez del tradicional que es mucho más firme y sólido. Este cheesecake fue un gran descubrimiento porque es único entre los que he probado en Santiago. Lo recomiendo mucho.
En general, la carta tiene muchas joyas resultantes de lo que yo he denominado “audacia” en la selección de ingredientes. Las combinaciones, como mínimo, te generan curiosidad y te tientan a tratar de ir en un grupo donde cada quien pueda pedir algo distinto y, ojalá, probar de todo un poco.
El valor es la clave
Precio
Sé que estamos hablando de un hotel de lujo y para su segmento los precios no son descabellados, pero cuando lo comparo con otros sitios de la misma calidad (Áurea, por ejemplo), queda claro que Estró es desde 20% más caro y no necesariamente compensa ese valor en otros aspectos.
Cuando vas por primera vez, el precio se justifica, pero cuando la novedad ya no es parte de la experiencia, es más caro que sus pares y pierde la competencia.
¿Se lee bien?
Diseño del menú
Aunque no creo que esté diseñado especialmente para móviles, se ve bastante bien en el teléfono porque no hay que hacer zoom para leer.
Es muy bonito y agradable de ver, los precios están todos claramente especificados y tienen distintos enlaces para el menú ejecutivo, a la carta, cocteles, etc., haciendo que no sea un menú interminable y que puedas ir directo a lo que te interesa.
Cada mesa tiene un cubito de madera con el QR siempre a la mano.
- Ambiente - 9/109/10
- Servicio - 8/108/10
- Comida - 9/109/10
- Precio - 6/106/10
- Diseño del menú - 9/109/10
Etiquetas: Chile | Entre 8 y 8.99 puntos | Presencial | Santiago
Estró
Reserva no obligatoria, pero recomendada.
¿Dónde estacionar?
En Reyes Lavalle 3373, justo debajo del hotel, hay un estacionamiento de pago por minuto.
Sobre la misma Reyes Lavalle se puede estacionar en la calle, sin costo.
También hay dos WeSmartPark cerca, aprox. 40% más económico que el estacionamiento “oficial” del hotel.
¿Volvería a visitarlo?
Una vez más, sí.
Quedé con las ganas de probar el cheesecake de palta y varios platos de fondo que suenan muy bien.
Cuando pruebe todo lo que me genera curiosidad, no volvería a visitarlo por voluntad propia, a menos que sea para un evento específico que alguien convoque y me invite.
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